JUAN MANUEL FERRARI
Nació en Montevideo el 21 de mayo de 1874 y falleció en Buenos Aires el 31 de octubre de 1916. Comenzó sus estudios en Montevideo y en Buenos Aires, con su padre, el escultor Juan Ferrari, autor del monumento en conmemoración de la independencia nacional, emplazado en Florida en 1879.
En 1890 obtuvo una beca del Gobierno de Uruguay, por tres años, para estudiar en Europa, la cual sería extendida por tres años más.
Se radicó en Roma, donde estudió con el escultor Ettore Ferrari y con Ercole Rosa en el Real Instituto de Bellas Artes de aquella ciudad. En 1892, obtuvo el Primer Premio de Escultura de ese instituto. También en 1892, envió a Uruguay un boceto para la erección de un monumento a Colón, que nunca llegó a concretarse.
En mayo de 1893, llegaron a Montevideo las primeras obras enviadas por el artista: "Artigas" y "Pugilista romano", a las que seguiría el "Prometeo encadenado", las cuales integrarían la muestra del Museo Nacional de Bellas Artes.
Regresó a Uruguay en 1896 y estableció su propio taller. Fundador del curso de plástica en la Facultad de Matemáticas, fue catedrático honorario durante tres años.
Pasó luego a vivir a Buenos Aires, donde instaló un taller en un lugar apartado de la ciudad.
Obtuvo el Segundo Premio en el concurso organizado para erigir un monumento a la Independencia Argentina. Invitado por el Gobierno de Uruguay, participó con un boceto para la realización de un monumento a José Artigas. El jurado otorgó el Primer Premio a los trabajos de Ferrari y de Zanelli (escultor italiano), al tiempo que aconsejaba llamar a una nueva prueba a ambos artistas. El Gobierno desestimó esa decisión y un nuevo jurado eligió como ganador al boceto de Zanelli.
En 1915 se instaló nuevamente en Roma.
Fue invitado por el Gobierno de Uruguay para realizar el monumento a Garibaldi, debido al fallecimiento del escultor español Querol, ganador del respectivo concurso.
Entre sus obras más conocidas deben citarse:
monumento a Juan Antonio Lavalleja, inaugurada en Minas (1902),
monumento a la Batalla de Las Piedras, inaugurada en la ciudad del mismo nombre (1911),
monumento al Ejército Libertador del General San Martín, realizado por encargo del Gobierno de la Provincia de Mendoza, inaugurado en el Cerro de la Gloria, en los Andes (1914), etc.
También realizó numerosos monumentos funerarios, bustos y retratos, como, por ejemplo, "Diógenes Hequet", "El cafetero San Román", de pequeño formato.Realiza sus obras con un modelado nervioso, en el que el papel de la luz es fundamental pues dinamiza la figuras debido al tratamiento y modelado de las superficies.
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Juan Manuel Ferrari, el padre del Cerro de la Gloria
La curiosa vida del artista que creó la obra del Cerro de la
Gloria y el monumento a Fray Luis Beltrán, en la Alameda, entre tantos otros.
Falleció a los 42 años.
Pasó a la inmortalidad a través de sus obras en Mendoza, que
trascendieron el tiempo.
Hoy son dignas de la admiración de miles de personas que
visitan nuestra provincia y que coronan un cerro que se denomina De la Gloria.
Otra escultura centenaria pero de menor tamaño dedicada a la memoria de héroe
Fray Luis Beltrán existe en la Alameda pero actualmente pasa desapercibida.
Este destacado artista que esculpió ese bronce era uruguayo
y se llamaba Juan Manuel Ferrari.
Hijo del mazo y del cincel
Nació en Montevideo, República Oriental del Uruguay el 21 de
mayo de 1874. Hijo del escultor italiano Juan A. Ferrari (1838-1918) quien en
1860 acompañó a Giuseppe Garibaldi en la expedición de los Mil o también
llamada de los "Camisas Rojas" para la reunificación de Italia.
Posteriormente, su progenitor se radicó en la capital uruguaya para destacarse
como escultor en la erección del monumento en conmemoración de la independencia
nacional, emplazado en la ciudad de Florida de ese país en 1879.
Mientras tanto, con la edad de 16 años Juan Manuel, inició
sus estudios en las artes plásticas en Montevideo y en Buenos Aires.
En 1890 obtuvo una beca del gobierno de Uruguay para
estudiar en Europa. Se radicó en Roma, donde fue discípulo de los renombrados
escultores Ettore Ferrari y Ercole Rosa en el Real Instituto de Bellas Artes de
aquella ciudad. Además, por aquel tiempo, fue premiado con la máxima distinción
de ese instituto. Desde Italia, el joven artista envió a su país natal las
primeras obras llamada "Artigas", "Pugilista romano" y el
"Prometeo encadenado".
Luego de estar seis años en Italia, volvió a América del Sur
y se radicó en Montevideo en donde estableció su taller de arte. Entre sus
actividades catedráticas fue el creador del curso de plástica en la Facultad de
Matemáticas en donde se dedicó a la docencia por varios años. Pero su labor se
extendió a la otra orilla del Río de la Plata y se radicó en Buenos Aires en donde instaló su atelier. Allí fue
galardonado con el segundo premio en el concurso organizado para erigir un
monumento a la Independencia Argentina.
A mediados de 1898, fue invitado por Uruguay a participar
con un boceto para la realización de un monumento a José Artigas.
En 1914 y después de ejecutar el trabajo al Ejército de los
Andes en Mendoza, Ferrari, partió hacia la capital italiana para seguir con
otras especializaciones.
Regresó un año después
a su país para realizar el monumento a Garibaldi, debido al fallecimiento del
escultor español Querol, ganador del respectivo concurso. Fue el último trabajo
en su tierra. Entre sus labores artísticas se puede citar el monumento a Juan Antonio Lavalleja; el de la
Batalla de Las Piedras, inaugurado en la ciudad del mismo nombre en 1911.
También se destacó en la creación de varios monumentos funerarios en el
Cementerio Central de Montevideo.
Hazaña monumental
Según la ley de la Nación número 6286, la comisión nacional
del Centenario, acordó la erección de un monumento en la ciudad de Mendoza que
conmemorada la gesta emancipadora de
América del Sur por el Ejército de los Andes.
Ante este pedido, en 1911, fue convocado para presidir esta
comisión el reconocido científico Francisco P. Moreno quien fue encargado y
enviado especialmente a nuestra provincia para el levantamiento de esa obra
conmemorativa. A pesar de algunas diferencias de las distintas comisiones para
poner la piedra fundamental en el cerro del Pilar, ésta se estableció en aquel
lugar.
Sobre una base de piedra cordillerana, se erigió un conjunto
escultórico realizado en bronce cuya fundición se realizó en el entonces
arsenal de guerra de la Nación. Se cree que el escultor uruguayo se basó en una
de las estrofa del "Nido de cóndores", del poeta Olegario Andrade,
que sirvió de musa al artista permitiéndose crear, dentro de aquel espléndido
cuadro imaginativo, los grandes rasgos y finísimos detalles de aquella sublime
obra.
El día 12 de febrero de 1914 ante la presencia de
autoridades nacionales y provinciales quedó inaugurado el monumento.
La obra post-mortem
Otro de los encargo que se le hizo a Ferrari a través de Francisco P. Moreno por una
iniciativa de la Sociedad Santa Cecilia fue la erección de un monumento a la
memoria de Fray Luis Beltrán (1916). Repentinamente, el 31 de octubre de ese
año, Juan Manuel Ferrari, falleció a la edad de 42 años.
El escultor trabajó hasta sus últimos días para dejar lista
aquel encargo que fue concluido en arcilla. Tiempo después y gracias a la
intervención de Moreno, la estatua fue fundida en bronce y trasladada a nuestra
provincia. El 12 de febrero de 1917 quedó inaugurada en la Alameda.
FUENTE:
http://elportaldemendoza.com/blog/parque-general-san-martin/
FUENTE:
http://elportaldemendoza.com/blog/parque-general-san-martin/
El Monumento del Cerro de la Gloria
Obra del uruguayo Juan Manuel Ferrari, fue inaugurado en 1914. Se trata de un homenaje al Ejército de los Andes y es, al mismo tiempo, una espléndida platea para observar la ciudad en toda su extensión. Su erección fue dispuesta por ley nacional N° 6286 de febrero de 1909, conocida como “Ley de Conmemoración del Centenario de Mayo”, que disponía en uno de sus artículos: “levantar en la ciudad de Mendoza un monumento al Ejército de Los Andes”.
Sobre una base de piedra, traída de la cordillera, se erige la estatua ecuestre del General José de San Martín, quién con los brazos cruzados sobre el pecho mira hacia el infinito. Detrás aparece un grupo de granaderos a caballo, 6 de cada lado simbolizando la partida del Ejército (caballos erguidos) y la llegada (caballos cansados). Son 6 de cada lado porque fueron 6 los pasos que el Ejército utilizó para cruzar la cordillera de Los Andes. Alrededor del pedestal hay tres frisos que representan las principales escenas de la preparación del cruce de la cordillera. Al costado Este se ubica la figura de Fray Luis Beltrán, destacado por su maestranza; en el costado Sur se observan las figuras del pueblo: las damas donando sus joyas y pertenencias de valor y los más humildes colaborando con elementos varios; en el costado Oeste se cuenta la partida del batallón hacia Chile, y se resalta la figura del tropero Sosa. En la pared Este se encuentra insertado el escudo argentino, mientras que en la Oeste se encuentran los escudos chileno y peruano; países que el militar argentino liberaría respectivamente.
El escudo Argentino tiene parte de sus laureles incompletos, esto simboliza que San Martin no completó su campaña, que era formar una sola nación con todo el continente Sudamericano. San Martin tuvo que abandonar su campaña en Perú por su salud. Como culminación del monumento y en el centro del cuerpo se yergue un grupo de hombres y de caballos que al toque, de clarín ataca al enemigo. De entre el tropel surge la imagen de la libertad, con los brazos en alto y en las manos las cadenas rotas como símbolo de la independencia, tal como se menciona en la primera estrofa de la canción patria. Se advierte en toda la obra un profundo conocimiento de las costumbres de la época, ilustrado por vestimentas, armas y aperos que configuran detalles de gran realismo.
El carácter del monumento, accesible por una gran escalinata que le confiere majestuosa jerarquía, halla eco en el panorama circundante. Desde la explanada anterior se contemplan hacia el Oeste las primeras estribaciones de la cordillera y al Este la planicie donde se asienta la visible ciudad lejana. Para destacar al monumento se ha recurrido al ornamento vegetal del cerro pedestal de la colosal obra escultórica, mediante la forestación con diversas especies vegetales, para lo que ha sido necesario construir un sistema complementario pero de fundamental importancia cual fue el de dotar de agua que, proveniente de la vertiente de Puesto Lima, llegara a la cima e hiciera posible el riego artificial de los forestales implantados.
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