La primera Constitución del Estado Federal
suizo fue un golpe de genialidad. Tuvo en cuenta a los cantones y preparó así
el camino hacia la mayor democracia posible. No obstante, estuvo lejos de ser
algo perfecto. Las crisis persistieron y muchas cosas siguieron siendo
injustas.
FUENTE: https://www.swissinfo.ch
El 12 de septiembre de 1848, el Tagsatzung
de la Confederación Suiza aprobó la primera Constitución del Estado Federal. En
su redacción participaron representantes de todos los cantones, que se
reunieron en lo que hoy es el restaurante bernés "Zum Aeusseren
Stand". En menos de 50 días habían redactado la primera ley fundamental de
la democracia suiza.
Solo dos días después de su aprobación
oficial se convocaron las primeras elecciones al Consejo Nacional; fue el signo
más visible de la joven democracia que acababa de crearse. Había que elegir a
los representantes del pueblo, repartidos ordenadamente según los cantones.
Posteriormente, el Consejo Nacional y el Consejo de los Estados debían decidir
conjuntamente los miembros que compondrían el Consejo Federal, es decir, del
gobierno nacional.
Serie "Momentos decisivos de la
democracia suiza”
Era ya el tercer intento de crear una
democracia moderna: el primero estuvo impulsado por Francia en 1798 y fracasó
estrepitosamente al cabo de cinco años. El segundo fue iniciado en 1830/31 por
los primeros cantones democráticamente constituidos: se hundió bajo la
oposición simultánea de conservadores y radicales.
"El tercer intento tuvo éxito porque
fue un sabio compromiso de los principios de democracia pura y federalismo
puro".
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El tercer intento tuvo éxito porque fue un
sabio compromiso entre los principios de la democracia pura y el federalismo
puro. El Estado federal supuso para la emergente economía industrial disponer
del mayor mercado interior posible. Y además contó con la aprobación
diplomática de Gran Bretaña.
Pero nada de esto hubiera ocurrido sin la
última guerra civil en Suiza, que tuvo lugar menos de diez meses antes de la
fundación del Estado. Además, contribuyó en gran medida a dar forma a todo el
proceso.
Un experimento arriesgado
Lo que Suiza consiguió en 1848 había
fracasado o fracasaría en todos los países de su entorno. Hubo revoluciones
burguesas en París, Múnich, Berlín, Viena, Palermo y Venecia. Pero ninguna
logró crear un Estado duradero. Los monarcas siempre recuperaban el poder.
La Constitución Federal Suiza como obra de
arte pintada
Un
golpe de genialidad y una obra de arte: la primera Constitución Federal,
pintada por el artista Laurenz Lüthi. Nationalmuseum
El salto a la modernidad democrática
también fue arriesgado para Suiza, pues no podía derogar el vigente Tratado
Federal de 1815, promulgado por el Congreso de Viena. Simplemente, se aceptó
que siguiera en vigor.
Las elecciones de 1848 dieron una victoria
abrumadora a los Freisinnigen, como se llamaban entonces los liberales y
radicales unidos. Consiguieron una mayoría de cerca del 70% en la Asamblea
Federal.
Así, los miembros de esta coalición
pudieron configurar la elección del Consejo Federal según sus propias ideas.
Berna, Zúrich y Vaud recibieron cada uno un escaño permanente en el Consejo
Federal, y los demás cantones tuvieron que repartirse los cuatro restantes. Las
minorías francófona e italiana debían tener un representante cada una, y los
católicos dos.
Contenido externo
El 16 de noviembre de 1848 fueron elegidos
siete miembros del Freisinnig, un claro símbolo de cambio. Representaban
diferentes tendencias, desde los liberales moderados a los radicales
descarados. De este modo, se sintieron lo suficientemente legitimados como para
derogar el antiguo tratado federal.
El modelo americano
La ciudad de Berna se convirtió en la sede
del parlamento y del gobierno. No era la capital, pero sí una ciudad federal.
A pesar de seguir el modelo americano, había
no obstante dos puntos de fricción: la composición del parlamento y la elección
del Consejo Federal.
En el caso del parlamento, se optó
finalmente por un sistema bicameral equilibrado. Los cantones seguirían siendo
soberanos mientras no se vieran afectadas las competencias nacionales. En el
caso del Consejo Federal, se prescindió de una elección popular según el modelo
estadounidense. En su lugar, se decidió tener un gobierno colectivo, decidido
por el parlamento.
Sin embargo, las principales fuerzas del
partido Fresinnig acordaron entre ellas que todos los consejeros federales
deberían dimitir al final de la legislatura de tres años y presentarse al
Consejo Nacional. Solo en el caso de que resultaran elegidos al parlamento
previamente, podrían optar a la llamada elección complementaria, que les
permitiría ser reelegidos nuevamente para el Consejo Federal. Este
procedimiento en dos etapas se practicó hasta la década de 1890 sin base
constitucional. Después, la elección complementaria fue abolida porque
contradecía la separación de poderes.
La aprobación de la nueva Constitución no
estuvo exenta de dificultades. Porque el "pueblo", en el sentido
político, aún no existía. Solo había poblaciones cantonales. Al final, 15,5
cantones estuvieron a favor y 6,5 en contra. Eso fue suficiente para que el
Tagsatzung decidiera aceptarlo.
Los cantones derrotados tuvieron que
decidir si querían aceptar o no la decisión mayoritaria, en términos
democráticos. En cualquier caso, los que no lo hicieron al final se vieron
obligados a hacerlo. Esa fue la hora cero de la política suiza moderna.
Los límites de la democracia temprana
La democracia que surgió en 1848 no era
perfecta. Desde la perspectiva actual, no hace falta decir que el sufragio
femenino estaba ausente. Una sociedad de hombres, que se había reforzado
durante la guerra civil, ni siquiera se planteó esa cuestión. Tampoco hubo
referendos regulados a nivel nacional hasta 1874. Al igual que no hubo un
tribunal federal fijo hasta entonces. Incluso el derecho penal seguía siendo
competencia del Consejo Federal.
Sistemas de gobierno republicanos
Un grave defecto de la Constitución de 1848
condujo pronto a una verdadera crisis constitucional. Porque cuando se fundó el
Estado, se entendió que era un Estado cristiano. Eso excluía a los judíos.
Francia, Estados Unidos y los Países Bajos amenazaron con sanciones económicas
hasta que los judíos fueran tratados en pie de igualdad con los cristianos
suizos.
Sin embargo, ni siquiera se había previsto
el procedimiento para una modificación constitucional. En 1866, por tanto, se
llevó a cabo una primera pequeña revisión de la Constitución, con referendos
sobre nueve artículos individuales. Se aprobó entonces la libertad de
establecimiento para los judíos. Sin embargo, no obtuvieron plenos derechos
hasta 1874.
Ulrich Ochsenbein, padre de la Constitución
con final trágico
La imagen trágica del joven Estado federal fue el primer consejero federal de Berna, Ueli Ochsenbein.
El padre de la
Constitución de 1848 fue, después de dos mandatos, la primera víctima de la
elección complementaria en dos etapas, descrita anteriormente. Los principales
líderes radicales le dieron la espalda por haber apoyado, en el cantón de Berna,
la fundación de un partido de ámbito estatal formado por radicales, liberales y
conservadores.
El destituido primer jefe del Departamento de Defensa entró posteriormente al servicio del ejército francés, donde alcanzó el grado de general.
Lo que hoy sería inimaginable -el servicio militar en un
ejército extranjero- no fue prohibido en Suiza hasta 1874.
La historiografía casi se había olvidado de
Ochsenbein cuando hace poco tiempo se vio rehabilitado mediante una completa
biografía. El próximo año, con motivo del 175º aniversario oficial de la
Constitución Federal de 1848, recuperará su lugar en la historia.
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