El castillo de Sasso Corbaro es un castillo situado a
Bellinzona en Suiza. Se le conoce también bajo los nombres de Castillo de Santa
Bárbara o Cima o Castillo de Unterwald.
El castillo se construyó muy rápido en 1479. Seis meses después de la
puesta en obra, estaba dispuesto para defender la ciudad. Se desarrolló a
partir de una torre vivienda defensiva preexistente que fue convertida en una
torre angular. Una segunda torre se dispuso en diagonal. Las paredes del
recinto, almenadas, forman una plaza cuadrada. Adosado a la pared del recinto y
abriéndose sobre la plaza interior, una vivienda típica del estilo del hábitat
de la región en el siglo XV con ventanas ojivales y chimeneas apuntadas.
Castelgrande fue reconstruido por primera vez en los siglos X y XI
Unas estrechas escaleras permitían acceder al castillo situado a mayor
altura. Era necesario atravesar varias puertas y obstáculos para llegar
finalmente a la puerta principal situada al sureste del castillo. Esta puerta
precedía a la gigantesca plaza interior donde se construyó la iglesia de San
Pedro, así como una multitud de pequeñas construcciones.
Hoy día estos edificios ya no existen. Además del recinto y los
edificios de la parte sur, solo permanecen en el centro las dos torres (Torre
Nera y Torre Bianca), así como los tres muros defensivos que comparten el
espacio en tres sectores. Los edificios construidos adosados al recinto de la
parte sur forman un conjunto alargado. Se han instalado algunos ascensores
modernos que permiten a los visitantes, respetando al mismo tiempo el lugar, el
acceso a la plaza interior.
Castelgrande fue restaurado por el arquitecto Aurelio Galfetti, quien
logró recuperar la esencia edilicia de los antiguos castillos de la región y,
al mismo tiempo, un uso funcional adecuado a los visitantes de la época
contemporánea.
Comenzada al principio del siglo XV y terminada hacia 1480, esta
muralla que cruzaba el valle de parte a parte se unía por un lado a las
murallas de Castelgrande y por el otro, cerca del río Tesino, concluía en una
torre defensiva.
Hoy día sólo se conserva la parte meridional próxima a la ciudad. La
obra, de 4 metros de anchura, tiene un pasillo arqueado con aspilleras. La
plataforma del camino de ronda con matacanes de una a otra parte.
Este sistema de defensa, escaso contra la artillería pesada, era
suficiente contra las tropas de infantería confederadas que llegaban del otro
lado del Gothard.
Los castillos de Bellinzona están situados en Bellinzona, capital del
cantón del Tesino, en Suiza. Con la muralla que rodea la ciudad, están
inscritos desde el 2000 en el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.1 Los
tres castillos son: Castelgrande, el castillo de Montebello y el castillo de
Sasso Corbaro. El conjunto, construido entre los siglos XIII y XV, es una
prueba de la importancia de la arquitectura militar en la Edad Media. Es
también un ejemplo, único en Europa, de la evolución de un lugar, en constante
adaptación a las necesidades del hombre según los tiempos. Bellinzona está
situada al sur de los Alpes en el comienzo de un profundo valle. En este lugar
del cantón de la Rivera se abre la llanura de Magadino, un llano pantanoso que
desemboca en el Lago Mayor. Es un punto de convergencia de donde parten
multitud de carreteras.
Por el norte, la Léventine conduce a los puertos de paso de San Gotardo
y de Nufenen, el valle de Blenio conduce al puerto de Lukmanier mientras que el
Valle Mesolcina conduce al de San Bernardino. Al sur, las carreteras que van
hacia Italia bordean el Lago Mayor o pasan por el Monte Ceneri. El camino
“este-oeste” que es la carretera “Domodossola-Centovalli-San Jorio-Valteline”
pasa por Bellinzona, que es el inicio también del camino de la Greina.
El lugar se presta, debido a su situación natural, a la función de
punto de control, ya que la presencia de cortados rocosos en medio del valle da
lugar a estrechamientos fácilmente controlables. Estos roquedos son el
resultado de la erosión de los glaciares y del río.
Ya en el Imperio romano, hacia mediados del siglo IV se construyó una
fortificación en los cortados rocosos de Castelgrande. Durante mucho tiempo se
le dio por inexpugnable. Pero el aspecto de las fortificaciones de Bellinzona,
tal como se las puede ver hoy día, es en lo fundamental la obra de los
Lombardos.
Castelgrande fue reconstruido por primera vez en los siglos X y XI; a
éste se añadió el castillo de Montebello que se edificó en el siglo XIII, en el
promontorio rocoso situado al este de la ciudad y después unido a las
fortificaciones de la ciudad. Se levantó una nueva torre poco después a 1400
metros de altura, que se convertiría en el núcleo del futuro castillo de Sasso
Corbaro y así se terminaba la muralla que cerraba el valle de parte a parte y
cerraba por el sur de los Alpes la “frontera” con los llanos de Italia.
Los lombardos, dueños de estos lugares a partir de 1340, completaron
las fortificaciones de este conjunto con el objetivo de impedir a los
Confederados (en particular, Uri, Schwyz y Unterwalden) extenderse por el sur
de los Alpes. Éstos debieron esperar a la decadencia del ducado de Milán hacia
1499, causado por la invasión de la región por Luis XII, rey de Francia, y la
llamada de los habitantes de Bellinzona que, habiendo expulsado a los
franceses, pidieron la protección de los Confederados. Esto puso fin a un largo
período de desórdenes.
FOTOS DEL BLOG. TEXTOS DE WEB WIKIPEDIA.
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