A
la vez que celebramos el mensaje No. 5000, de intercambios
“patrimoniales”, nos es grato compartir la información que brinda La
Onda Digital: -Cesar Rodriguez Musmano fue homenajeado en la X Bienal de
Salto.
Además de colega es un amigo de muchos años.Compañero de ruta, también integra esta RED.
Excelente artista plástico, fundamentalmente muralista.Tiene varias obras en su ciudad natal Salto.
Lo
invitamos a venir a Paysandú para actuar como Jurado del Concurso
Inernacional de Murales con motivo de los 30 años de la CARU.En aquel
entonces, 2008, se presentaron 75 trabajos y el Jurado eleigio 2
primeros premios, que por casualidad correspondió a una argentina y a un
uruguayo.Los murales fueron ejecutados por los autores y se pueden
observar en el frente del edificio sede de CARU.
Cuanto
nos gustaría contar con un mural de Cesar en Paysandú! Pensar que
después de los que pintó Day Man Antunez, no hemos tenido otras
versiones de grandes plásticos nacionales.
RUBENS STAGNO
coordinador
La X Bienal de Salto, homenajeó
a Lacy Duarte y César Rodríguez Musmano
Crónica*
a Lacy Duarte y César Rodríguez Musmano
Crónica*
El
pasado 28 de setiembre quedo inaugurada la X Bienal Arte de Salto.
Organizada por la Asociación de Artistas Plásticos Salteños (APLAS), la
Intendencia y colaboradores honorarios. Con 400 artistas de toda la
región presentados al evento, este se consolida como uno de los más
importantes del Uruguay en materia de expresión plástica. En el marco de
la Bienal se han realizando conferencias, talleres y mesas redondas.
Mientras permanezca abierta la muestra, habrá visitas guiadas para
grupos y particulares. Uno de los acontecimiento de mayor significado en
la Bienal fue el reconocimiento a los artistas salteños, Lacy Duarte y
César Rodríguez Mussmano, por sus trayectorias y aporte en el arte
nacional. El evento se realizó en uno de los salones del Hotel &
Casino de Salto y conto con la presencia de autoridades departamentales
amigos y familiares de estos dos destacados creadores de la cultura
nacional. Lo que sigue es la exposición del director de Cultura de la
Intendencia de Salto Mario Kroeff, en el homenaje.
El
gobierno y el pueblo de Salto, la 10ª Bienal de Arte y la comunidad
artística, distinguen y homenajean en este acto a dos hijos de esta
tierra. Salteños de nacimiento, pero devenidos en orientales notables,
por cuenta de sus variadas residencias y recorridos mundanos, recreando
sus obras de arte y cultura por talleres, exposiciones, conferencias,
espacios museísticos, plazas y rincones del Uruguay, la región y el
mundo entero.
Lacy Duarte y César Rodríguez Musmano son exponentes máximos y vigentes del arte nacional, con largas, multipremiadas y reconocidas trayectorias en las artes plásticas. Lacy, un ejemplo de entereza y personalidad para sobresalir con una impronta artística propia y novedosa. Primero, en el marco de un ambiente conservador, en el interior campesino y luego capitalino, en el seno de una familia de influyentes y reconocidos artistas. César, un personaje clásico del Salto oriental. Arquitecto, escultor, pintor, intelectual inquieto, comprometido con su ciudad. Socialista republicano y demócrata, director de obras del gran intendente Armando Barbieri, profesor itinerante, polemista, defensor del patrimonio histórico, parroquiano con mostrador, mundo, experiencia, pasión, creatividad y compromiso militante, son también características del “Ojito” Rodríguez Musmano.
Lacy Duarte nace en Mataojo, en el interior profundo del departamento de Salto y su infancia transcurre en campos de la familia paterna. A los 14 años se traslada a la capital departamental para iniciar estudios liceales. Ingresa en 1954 al taller “Pedro Figari”, donde estudia con el pintor húngaro José Siegfried. En 1959 se casa con el pintor Aldo Peralta, con quien tendrá dos hijos - Pablo y Pedro -, que serán artistas plásticos. Trabaja como profesora de dibujo en el Instituto Politécnico de Salto y enseña en el taller “Figari”. Desde 1962 - cuando se muda con su familia a Maldonado - hasta la década del 90, Lacy Duarte, entre viajes y diferentes residencias en Uruguay y en Brasil, elaboró tapices y luego incursionó en la pintura, campo en el que encontró rápidamente reconocimiento de la crítica. En su primer período, en la obra de Lacy Duarte se juntan las tendencias expresionistas y el colorido vibrante. Tal conjunción, sumado a un planteo formal de buscado y sobrio primitivismo, genera un alto impacto visual que es reconocido por los especialistas en la materia, como una fuerte e innovadora propuesta.
En períodos posteriores asume una paleta de tonalidades bajas, oscuras, con recurrencias temáticas autobiográficas, especialmente a la infancia. También en sus obras incluye el collage, agregado de materiales diversos, que refuerzan su modalidad expresiva. Dice Alicia Haber en su biografía de Lacy Duarte y cito puntualmente: “Atraído por la descripción de formas artísticas y temáticas autobiográficas asumidas por la artista. Su proceso de retorno artístico al Mataojo natal comienza en 1992. Esta etapa de su obra se acompasa con la creciente presencia de la temática de la identidad en la reflexión cultural y el arte uruguayo. Llega primero hasta aquellas huellas y fracturas originarias, dando cuenta de las corazas que precisan los seres más débiles, de los bretes en los que también se dejan atrapar los seres humanos. Desde 1996 irá demostrando diferentes temáticas a través de diversos manejos técnicos, en pinturas y objetos, panes y ceibos, los bretes, las trampas, las vencedoras, las traperas.
El reencuentro con las tierras ganaderas de su infancia - un espacio ilimitado de horizonte rasante -, las faenas y rituales campesinos, el marco protector del plano del hogar, muñecas perdidas, reses y mulitas, panes con formas animales y caballos en madera de ceibo”. Termino la cita. Desde 1998, vive y trabaja en su casa taller del balneario Buenos Aires de Maldonado. Lacy Duarte - en su larga trayectoria - ha realizado numerosas exposiciones individuales y participado de importantes muestras colectivas en el Uruguay y en el mundo. Porto Alegre (Brasil), Buenos Aires (Argentina), Cuenca (Ecuador), Bogotá (Colombia), La Habana, Venecia, Washington, San Diego, Los Ángeles, Nueva York, Fellbach, Bremen, Madrid, Budapest, París, Lausana y Sydney.
César Rodríguez Musmano nace en Salto en 1927. En 1946 comienza sus estudios con el maestro José Siegfried y el pintor José Echave en el taller “Pedro Figari”, de la Asociación Cultura “Horacio Quiroga”. En 1947 se traslada a Montevideo e ingresa a la Facultad de Arquitectura y complementa su formación con varios artistas de su tiempo. En 1954 regresa a Salto a ejercer su profesión de arquitecto. Pasan los años y en 1980 vuelve a Montevideo, donde instala su taller de arte. En el año 2000 es declarado “Socio de Honor” de la Comisión Uruguaya de Artistas Plásticos, filial de la Asociación Internacional de Artistas Plásticos de la UNESCO y desde 2002 pasa a ser presidente de la misma. En el 2002, recibe el premio “Morosoli” de plata, por su obra plástica. Sus obras se encuentran en colecciones públicas, museos de Rivera, Salto y privadas de Argentina, Costa Rica, Cuba, Guatemala, República Dominicana, Estados Unidos, España, Suiza, Polonia y Eslovaquia.
Quiero destacar muy especialmente algunas facetas muy particulares de Rodríguez Musmano. Su noble condición de arquitecto y artista plástico, en perfecta comunión y armonía, como un solo ser. Además de la innegable, fructífera y distinguida vida artística, Rodríguez Musmano tuvo mucha actividad profesional como arquitecto y fue - entre otras cosas - director de obras de la Intendencia de Salto en un gobierno colorado, a pesar de ser un socialista confeso. Su profundo amor y entrega a la causa de la Universidad. Fue un universitario tradicional. Luchó mucho y trabajo silenciosamente por la descentralización universitaria. Y su calidad de trabajador incansable en la pintura matérica, donde consigue obras de real significación. No interesan mucho ni tanto los datos, si no lo que representa este viejo sabio que no ceja, que sigue metiendo y que genera - donde va - inquietudes y controversias. Inteligentes controversias.
Lacy Duarte y César Rodríguez Musmano, Salto siente el orgullo de vuestra filiación y los homenajea con la más alta distinción y consideración, que es el amor y el reconocimiento del pueblo todo.
Lacy Duarte y César Rodríguez Musmano son exponentes máximos y vigentes del arte nacional, con largas, multipremiadas y reconocidas trayectorias en las artes plásticas. Lacy, un ejemplo de entereza y personalidad para sobresalir con una impronta artística propia y novedosa. Primero, en el marco de un ambiente conservador, en el interior campesino y luego capitalino, en el seno de una familia de influyentes y reconocidos artistas. César, un personaje clásico del Salto oriental. Arquitecto, escultor, pintor, intelectual inquieto, comprometido con su ciudad. Socialista republicano y demócrata, director de obras del gran intendente Armando Barbieri, profesor itinerante, polemista, defensor del patrimonio histórico, parroquiano con mostrador, mundo, experiencia, pasión, creatividad y compromiso militante, son también características del “Ojito” Rodríguez Musmano.
Lacy Duarte nace en Mataojo, en el interior profundo del departamento de Salto y su infancia transcurre en campos de la familia paterna. A los 14 años se traslada a la capital departamental para iniciar estudios liceales. Ingresa en 1954 al taller “Pedro Figari”, donde estudia con el pintor húngaro José Siegfried. En 1959 se casa con el pintor Aldo Peralta, con quien tendrá dos hijos - Pablo y Pedro -, que serán artistas plásticos. Trabaja como profesora de dibujo en el Instituto Politécnico de Salto y enseña en el taller “Figari”. Desde 1962 - cuando se muda con su familia a Maldonado - hasta la década del 90, Lacy Duarte, entre viajes y diferentes residencias en Uruguay y en Brasil, elaboró tapices y luego incursionó en la pintura, campo en el que encontró rápidamente reconocimiento de la crítica. En su primer período, en la obra de Lacy Duarte se juntan las tendencias expresionistas y el colorido vibrante. Tal conjunción, sumado a un planteo formal de buscado y sobrio primitivismo, genera un alto impacto visual que es reconocido por los especialistas en la materia, como una fuerte e innovadora propuesta.
En períodos posteriores asume una paleta de tonalidades bajas, oscuras, con recurrencias temáticas autobiográficas, especialmente a la infancia. También en sus obras incluye el collage, agregado de materiales diversos, que refuerzan su modalidad expresiva. Dice Alicia Haber en su biografía de Lacy Duarte y cito puntualmente: “Atraído por la descripción de formas artísticas y temáticas autobiográficas asumidas por la artista. Su proceso de retorno artístico al Mataojo natal comienza en 1992. Esta etapa de su obra se acompasa con la creciente presencia de la temática de la identidad en la reflexión cultural y el arte uruguayo. Llega primero hasta aquellas huellas y fracturas originarias, dando cuenta de las corazas que precisan los seres más débiles, de los bretes en los que también se dejan atrapar los seres humanos. Desde 1996 irá demostrando diferentes temáticas a través de diversos manejos técnicos, en pinturas y objetos, panes y ceibos, los bretes, las trampas, las vencedoras, las traperas.
El reencuentro con las tierras ganaderas de su infancia - un espacio ilimitado de horizonte rasante -, las faenas y rituales campesinos, el marco protector del plano del hogar, muñecas perdidas, reses y mulitas, panes con formas animales y caballos en madera de ceibo”. Termino la cita. Desde 1998, vive y trabaja en su casa taller del balneario Buenos Aires de Maldonado. Lacy Duarte - en su larga trayectoria - ha realizado numerosas exposiciones individuales y participado de importantes muestras colectivas en el Uruguay y en el mundo. Porto Alegre (Brasil), Buenos Aires (Argentina), Cuenca (Ecuador), Bogotá (Colombia), La Habana, Venecia, Washington, San Diego, Los Ángeles, Nueva York, Fellbach, Bremen, Madrid, Budapest, París, Lausana y Sydney.
César Rodríguez Musmano nace en Salto en 1927. En 1946 comienza sus estudios con el maestro José Siegfried y el pintor José Echave en el taller “Pedro Figari”, de la Asociación Cultura “Horacio Quiroga”. En 1947 se traslada a Montevideo e ingresa a la Facultad de Arquitectura y complementa su formación con varios artistas de su tiempo. En 1954 regresa a Salto a ejercer su profesión de arquitecto. Pasan los años y en 1980 vuelve a Montevideo, donde instala su taller de arte. En el año 2000 es declarado “Socio de Honor” de la Comisión Uruguaya de Artistas Plásticos, filial de la Asociación Internacional de Artistas Plásticos de la UNESCO y desde 2002 pasa a ser presidente de la misma. En el 2002, recibe el premio “Morosoli” de plata, por su obra plástica. Sus obras se encuentran en colecciones públicas, museos de Rivera, Salto y privadas de Argentina, Costa Rica, Cuba, Guatemala, República Dominicana, Estados Unidos, España, Suiza, Polonia y Eslovaquia.
Quiero destacar muy especialmente algunas facetas muy particulares de Rodríguez Musmano. Su noble condición de arquitecto y artista plástico, en perfecta comunión y armonía, como un solo ser. Además de la innegable, fructífera y distinguida vida artística, Rodríguez Musmano tuvo mucha actividad profesional como arquitecto y fue - entre otras cosas - director de obras de la Intendencia de Salto en un gobierno colorado, a pesar de ser un socialista confeso. Su profundo amor y entrega a la causa de la Universidad. Fue un universitario tradicional. Luchó mucho y trabajo silenciosamente por la descentralización universitaria. Y su calidad de trabajador incansable en la pintura matérica, donde consigue obras de real significación. No interesan mucho ni tanto los datos, si no lo que representa este viejo sabio que no ceja, que sigue metiendo y que genera - donde va - inquietudes y controversias. Inteligentes controversias.
Lacy Duarte y César Rodríguez Musmano, Salto siente el orgullo de vuestra filiación y los homenajea con la más alta distinción y consideración, que es el amor y el reconocimiento del pueblo todo.
*La ONDA digital agradece a los organizadores de la X Bienal, por el material brindado para esta crónica.
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